Frankenstein o el moderno Prometeo. Mary W. Shelley.

Frankenstein o el moderno Prometeo.
1818. Mary Wollstonecraft Shelley.

Os voy a recomendar esta novela por varias razones:

1. Fue escrita por una mujer en una época en la que las mujeres raramente destacaban por otra cosa que no fuese su saber estar y su castidad dentro de un ambiente y una sociedad dominada por el hombres.

2. La gestación de esta novela parece salir de otra. En 1816 Mary Shelley, Lord Byron, John Polidori y Percy Shelley, se retiraron a pasar una agradable temporada a un castillo en Ginebra. Para entretenerse durante las largas noches decidieron empezar a contar viejas historias alemanas de fantasmas, pero pronto se aburrieron de este pasatiempo y emprendieron otra actividad mucho más creativa; Lord Byron propuso que cada uno escribiese su propia historia de fantasmas. Durante esa noche, Mary Shelley tuvo una terrible pesadilla en la alcoba del viejo castillo donde se hospedaba y a los pies de su cama: 

Vi, con los ojos cerrados pero con una nítida imagen mental, al pálido estudiante de artes impías, de rodillas junto al objeto que había armado. Vi al horrible fantasma de un hombre extendido y que luego, tras la obra de algún motor poderoso, éste cobraba vida, y se ponía de pie con un movimiento tenso y poco natural. Debía ser terrible; dado que sería inmensamente espantoso el efecto de cualquier esfuerzo humano para simular el extraordinario mecanismo del Creador del mundo

Así nació Frankenstein.

3. La obra, detenidamente leída, es un cúmulo de referencias al ambiente intelectual y científico que reinaba durante los años posteriores a la Ilustración. En ella podemos rastrear los experimentos que por aquel entonces se estaban desarrollando en relación a la electricidad y a la animación de carne muerta (por Erasmus Darwin quién afirmaba que había conseguido animar mediante la aplicación de electricidad unas ancas de rana. Lo que en realidad movió fueron los nervios de este animal que sufrieron espasmos al aplicarle la corriente eléctrica). Por otro lado, el propio personaje del monstruo de Frankenstein es un claro ejemplo de las teorías de Rousseau sobre el buen hombre, según el cuál todos los hombres nacen buenos y es la sociedad la que termina haciéndolos malvados. Por último, la novela tiene una enorme vigencia actual, ya que supone, al igual que en su época, un toque de atención hacia el desmesurado desarrollo de la ciencia, hacia las posibilidades de ésta y plantea entre otras, la cuestión de si está el hombre preparado para los avances y logros de la ciencia.

4. En cuarto lugar, os recomiendo leer esta novela para derribar los clichés que sobre el mito de Frankenstein se han ido construyendo a lo largo de los años, generalmente por el cine, pues aunque existen ejemplos extraordinarios de cintas basadas en esta novela, solamente una, en mi opinión se acerca a lo que la novela logra transmitir: Mary Shelley´s Frankenstein de Kenneth Branagh.

5. La novela, no habla solamente de un monstruo creado por la mente loca de un científico, sino de la soledad y la tristeza que siente el monstruo al sentirse rechazado por todos, incluso por su padre-creador. Habla también de los prejuicios y de como la sociedad rechaza a aquellos individuos que no encajan con lo que debe ser ''normal''. La novela logra además que nos identifiquemos con el monstruo y sintamos desde el frío de sus pies desnudos hasta la desolación y la rabia que siente su alma al preguntarse quién es, por qué esta sólo o porque su ''padre'' y la sociedad reniegan de él. 

6. El monstruo de Frankenstein (fijaos que ni tan siquiera tiene nombre, es un objeto, un ser que pertenece al doctor Victor Von Frankenstein) es una completa incognita identitaria. Su cuerpo, creado con un collage de cuerpos, carece de pasado, de recuerdos...es un ser completamente blanco a la espera de ser educado de la mejor manera o aprender a base de palos de las situaciones que se le plantean y forjar en consecuencia su personalidad en base a la violencia, el desprecio y el horror. He aquí otra enseñanza de este libro: la educación lo es todo. 

Pues eso, que os la leáis que mola mazo.

El diablo y Daniel Johnston

El diablo y Daniel Johnston (The Devil and Daniel Johnston)
2005. E.E.U.U. Director: Jeff Feuerzeig.

Después del visionado de este documental queda claro el inmenso potencial creativo de Daniel Johnston, un talento que no disminuye ni con la edad ni con los problemas mentales del protagonista. Sin embargo, este documental parece subirse al carro de aquellos trabajos que tratan sobre artistas outsiders, como es el caso de la cinta Que tienes debajo el sombrero sobre la vida de la artista con síndrome de Down Judith Scott o el trabajo sobre la obra de Henry Darget En los reinos de lo irreal.

Estos trabajos siguen la estela de ese interés, que comenzase durante los primeros años del s.XX, cuando las vanguardias artísticas, aburridas y cansadas del Arte y las manifestaciones plásticas más académicas, buscasen, en el arte de las personas marginadas y en los niños, una fuente de inspiración y renovación conceptual y formal. Este interés por aquellos artistas outsiders, artistas que pertenecen al movimiento del art brut (término acuñado por Jean Dubuffet), responde en mi opinión a un vago aburrimiento por parte de las élites intelectuales, que pretenden hallar en las manifestaciones artísticas de personas sin ninguna formación, un ejemplo de arte puro y sin contaminar que, irónicamente logran institucionalizar al colocarles una etiqueta y hacerlos formar parte de los circuitos tradicionales del arte (galerías, subastas, museos, etc).

Me pregunto tras ver el documental, si Daniel Johnston (aparte de su talento, que lo tiene) no será uno más de esos fenómenos temporales encumbrado por unos fans y unos productores-galeristas, que buscan la novedad y lo raro. La enfermedad mental de Daniel, bien parece ser el detonante de esa Danielmania, pues el tópico nacido durante el Románticismo del artista-genio-loco sigue vivo y con más poder que  nunca (a juzgar por el inmenso atractivo e interés que despiertan tanto los trabajos de estas personas como los trabajos creados a partir su vida). No estoy con ello menospreciando el indudable talento ni valor de las expresiones plásticas de estos outsiders, sino al sistema y al público que se mueve siguiendo unos tópicos que hace mucho dejaron de tener validez, sin cuestionarse ni plantearse que hay detrás de esas personas cuando dejan de ser  novedad: ¿Qué es de Daniel ahora? ¿vive con sus padres o ha terminado interno en una clínica? ¿sigue haciendo música? ¿porque ningún productor ni sello discográfico ha apostado lo suficiente por él, si al parecer, sus canciones eran tan buenas como las de Bob Dylan?, ¿qué ha pasado con esa Danielmania? ¿hubiese sido igual de famoso e interesante si Kurt Kobain no hubiese llevado la camiseta de Daniel Johnston?......

En cuanto al documental, me ha parecido un excelente trabajo desde el punto de vista narrativo y estético, plagado de imágenes en Super 8 (la mayoría tomadas por el propio Daniel) que le dan un aire de añoranza y melancolía, muy acorde con las letras del protagonista y con formas muy originales de mostrar el trabajo gráfico de Daniel a través de animaciones.



Ilustración Técnica. Manual. Planchar es fácil. Qué hacer y qué no.

Planchar es fácil. Qué hacer y qué no.

El siguiente proyecto sigue las directrices de la ilustración técnica y de manual para realizar una especie de manual de uso sobre la plancha y el acto de planchar. Con toques de humor y de absurdo se contraponen dos acciones, la correcta y la incorrecta, que pretenden enseñar al usuario lo que se debe y lo que no se debe hacer cuando se maneja una plancha.

Puedes ver el manual completo aquí: http://issuu.com/juandiegogonzalvez/docs/planchar_es_f__cil_38dfa420f4a658

Puedes ver el trabajo completo aquí